ESTA HISTORIA NUNCA FUE ASI PARTE 5: "LA ESTRELLA SONRIENTE"
Abril 2004, Ciudad Diamante, Arena Esparta
-Reportero 1-
“Aquí tenemos tras bastidores al campeón Alex “El conquistador” López mientras le ponen sus vendajes y se hace el chequeo de anomalías, vamos con unas preguntas del público para el campeón, adelante compañero”
-Reportero 2-
“Muchas gracias mi estimado, procedemos con el campeón ahora mi buen, Por favor, Señor Conquistador, si nos permite hacer un par de preguntas por favor para sus fans que lo ven en casa”
-Alex-
“Claro que sí, con mucho gusto dígame”
-Reportero 2-
“Tenemos una Pregunta del Publico al Aire, veamos”
-Fan 1-
“Hola, Mucha Suerte y vas a Ganar Alex, Te apoyamos, ¡Valle Cobre está contigo Hermano!”
-Reportero 2-
“¿Cual es su pregunta para el campeón?”
-Fan1-
“Gracias, señor López ¿Cómo se inicio el Box?, ¿De dónde Surgió esa Pasión por el Deporte?”
-Alex-
“Pues… siempre fui un chico conflictivo y un día Mama Mercedes, no sabía qué hacer conmigo, así que me llevo a un Gimnasio de Box dirigido en aquel entonces por uno de sus pretendientes y lentamente inicio mi inclinación por el deporte”
-Fan 2-
“Muchas Gracias”
-Reportero 2-
“Pausa Comercial y Retornamos”
Impulsivo, de Sangre Caliente, peleonero, sin duda muchos durante la preparatoria te recuerdan así, pero lo que pocos saben es que esa era tu manera de sacar todo ese dolor que estaba tan dentro de ti, la paz interna no llega hasta que no se calma la tormenta, conocí todos los estados de aquel huracán devastador dentro de ti.
Marzo de 1998, Gimnasio Márquez, Ciudad Capital
-Márquez-
“¡Vamos!, quedan 10 segundos, muevan esas piernas, ¡Alto! Tomen un minuto de descanso”
-Alex-
“¡Pfff!, Voy a Morir deshidratado en este lugar, ¿Por qué no pone algún Abanico por lo menos Entrenador?”
-Márquez-
“Deja de Quejarte Alex, para eso tenemos ventanas y puedes beber agua en tus descansos, vamos rápido, abajo 10 lagartijas, 1, 2, 3…”
Aun Recuerdo esas Tardes Exhaustivas de Entrenamiento en el Gimnasio del Señor Márquez después de Clases, jamás pise el Ring o use ropa deportiva, yo solo era espectadora de tu crecimiento, de tus batallas, quizás mi problema más grande en ese entonces fue la falta de ambición en la vida, pero aquellos momentos contigo valían oro y nada más me hacia tan feliz…
-Márquez-
“Señorita Myriam, Una Dama como Usted no debería de estar en un lugar lleno de chicos mal olientes, sobre todo esperando a este vago de Alejandro”
-Myriam-
“No, No me molesta en verdad, me gusta venir a ver los entrenamientos”
En aquel entonces No existían los Gimnasios Mixtos, era rarísimo siquiera ver a una chica levantar pesas, no existía lo que hoy se conoce como spinning, solo existía un apartado de “aerobics” para las chicas, si una mujer acompañaba a un chico a sus entrenamientos solo podía ser o su Mama o su Novia
-Márquez-
“¿En verdad?, eso debe ser verdadero amor entonces, que dicha la tuya Alejandro, que tan fina dama ponga el ojo en ti, deberías estar agradecido”
Don Joaquín Márquez Aldama, chapado a la antigua, todos los días llevaba un detalle a la Tía Mercedes, un hombre muy Enamorado, Caballeroso, siempre bien vestido y elegante, pero una bestia cuando de entrenar se tratase, era muy estricto con sus discípulos, su vida era un completo misterio, se decían muchas cosas de él, pero nada era seguro… razón de más por la cual se rumoraban que algo había entre Él y la Tía Mercedes.
-Myriam-
“Yo… Este… Ehm…”
-Alex-
“¡Entrenador!, por favor, la incómoda, además solo somos amigos, Myriam ¿me das un poco de agua por favor?”
De Nuevo ese pequeño ataque Cardiaco y ataque hormonal por esa frasecita, en aquel tiempo no era muy común que una mujer confesara sus sentimientos al hombre de quien gustaba, no es como hoy en día, las chicas de hoy son más… “Activas” secretamente quería abrazarlo y decirle “Se mío” pero no sé si era el miedo o las costumbres a la antigua, pero solo esperaba a que el diera ese paso, como normalmente se dictaba.
-Myriam-
“Pfff Alejandro Gabriel Moreno López a veces eres un pesado, puedes servirte tu mismo, te espero a fuera ¡JUM!”
-Alex-
“¿Qué?, nada mas aviéntame el bote no te tienes que parar, ¿Por qué te enojas?”
Con todas mis Fuerzas Arroje el bote a donde estaba “Sin querer queriendo” estrellándoselo en esa cabezota tan dura que tenia, mientras me dirigía a la entrada del Gimnasio a esperar a que se bajara el coraje, solo vi que el entrenador le murmuraba algo a Alejandro antes de irme…
[Y muy a lo lejos de los oídos de Myriam…]
-Márquez-
“Mi Querido Alex, una Mujer que viene a verte hacer algo que normalmente no es del agrado de una Dama, significa un Interés algo más que una amistad ¿no te parece?”
-Alex-
“No entiendo…”
-Márquez-
“Ya lo aprenderás con el tiempo mi estimado, hagamos lo siguiente, porque no tomas unos cuantos créditos y la llevas aun buen lugar o comer después del entrenamiento ¿va?, Ya me los pagaras después”
-Alex-
“Entrenador No es Para tanto, es solo un simple enojo y berrinche de niña”
-Márquez-
“Oh, Mi joven discípulo, aun tienes mucho que aprender, no se trata del dinero, ya lo veras y con el tiempo me lo agradecerás, de paso quiero que le lleves algo a tu Tía Mercedes ¿ok? Pero por el momento, 120 abdominales ¡ahora! Vamos, 1, 2, 3…”
[Y Nuevamente con Myriam…]
Espere afuera el resto del entrenamiento y al cabo de unos minutos Alejandro salió, duchado y cambiado con un enorme arreglo de flores para la Tía Mercedes, realmente se veía muy mono alguien tan rudo con un montón de rosas, pero no dije nada para no hacerlo sentir mal, nos dirigimos a casa a dejar el envió de aquel Romeo empedernido y más tarde fuimos al restaurante nuevo de hamburguesas de la estrella sonriente.
Solo existían unas cuantas localidades en la ciudad pero con el tiempo se volvió una gran franquicia, aquel día tomamos un camión hasta Ciudad Diamante para poder disfrutar de un buen bocado, hacíamos de trayecto 1 hora, pero no contábamos aquel entonces con autobús y no existía el sistema de transporte Express Metro tampoco.
Marzo de 1998, La Estrella sonriente, Ciudad Diamante
-Alex-
“Este Lugar esta a reventar, aparte de que esta lejísimos, espero valgan la pena…”
-Myriam-
“Alex, No te quejes tanto, la fila está avanzando rápido, además tú fuiste el que me invito ¿recuerdas?”
-Alex-
“Pff, ya, ya está bien, ok, ya no diré nada, no me quejare”
-Myriam-
“Ay Alex…”
-Cajero 1-
“Hola Bienvenidos a la Estrella Sonriente, ¿puedo tomar su Orden?”
-Alex-
“Si, este… Ehmmm, quiero, Mmmm… quiero una como la del tipo de allá y… ¿tu Myriam?
[Y a lo lejos de las cajas registradoras…]
-Voz Masculina -
“¿Hu?”
-Voz Femenina
“¿Que sucede Anexis?”
-Anexis-
“No, Nada… vayamos a sentarnos Gwen”
-Gwen-
“Ok, Raro…”
[Nuevamente en las cajas registradoras…]
-Myriam-
“Si, Yo quiero, mmm un combo sencillo 2 por favor”
-Cajero1-
“Van a ser 100 créditos, en seguida lo llevan a su mesa, con este número le dan su orden Gracias”
-Alex-
“Pfff, deben de ser las mejores hamburguesas del mundo, aquí tiene”
-Myriam-
“¡Ya deja de quejarte!”
-Alex-
“Ya, ya, perdón, perdón… Pfff”
-Myriam-
“Mira allá, ahí lugares disponibles, vamos a sentarnos cerca del área de juegos”
Cuando éramos niños jugábamos en un parque lleno de piedras, columpios, pasamanos y resbaladilla de metal, era común rasparse las rodillas, este lugar tenía juegos hechos de plástico, una gran alberca de pelotas de muchos colores, fantaseaba con hacerles su piñata a mis niños en un lugar como este, una gran mesa llena de regalos, pastel y risas por doquier.
-Alex-
“¿Eh, Sucede algo Myriam?
-Myriam-
“¡Hu!, Mmm No nada, solo pensaba… recordé aquel viejo parque de ciudad Acero donde solíamos jugar por las tardes después de las caricaturas que transmitían de 4 a 6, ¿recuerdas?”
-Alex-
“Esos eran Realmente Buenos Tiempos, inclusive recuerdo que…”
-Televisión Prendida al Fondo-
“JUSTICIA, VALOR, LASER ON!!!”
-Alex-
“¡MYRIAM POR DIOS MIRA!, NO LO PUEDO CREER ES JACK LASER”
-Myriam-
“Vaya, hablando de viejos tiempos…”
-Alex-
“Dios, No lo puedo creer, de nuevo están transmitiendo ese programa y en el mismo ¡Horario!, por fin algo de esta salida valió la pena”
Las mujeres pueden decir con una mirada más de lo que un hombre podría con mil palabras, muy pocas y raras veces me enojaba con Alejandro realmente era un buen hombre, tal vez era un poco tonto, brusco, poco delicado, algo lento y… bueno el punto es que lo quiero mucho pero a veces me sacaba de quicio y tan solo hacia una mirada que él después bautizo como: “La Devastadora”
-Alex-
“Este ehmmm… digo… Quitando un lado la Buena Compañía, ósea… Me refiero a que, Jack Laser… los Buenos tiempos y… Tú me entiendes, Myriam por favor No te enojes…”
-Myriam-
“…”
Solo seguí comiendo mis alimentos y No le dirigí la palabra en un buen rato, ocasionalmente Alex decía algo para quebrar el hielo, claro sin dejar de ver su show de Tv (hombre a fin de cuentas) pero entre intento e intento sacaba una sonrisa de mi por alguna idiotez u ocurrencia que decía y lentamente me hacía pasar el coraje, era su manera de buscar contentarme.
“Entonces Tía Mercedes me dijo: “Alex, Panamericano es algo que es ó pertenece a todas las naciones americanas.” Y yo le respondí: “Oh, yo creí que era como el Pan Francés, ósea ahí Pan Americano, así como ahí Pan Francés” y se empezó a echar a reír.”
-Myriam-
“Jajajaja, Alex eres un Idiota, ¿Cómo se te pueden ocurrir tantas tarugadas al mismo tiempo?”
-Alex-
“No lo sé, simplemente se me vienen a la mente, las digo, las hago y ya”
-Myriam-
“No lo dudo”
-Alex-
“Hey, ya es tarde, deberíamos irnos ya, deja compro algo para tía Mercedes y nos vamos ¿sí?
-Myriam-
“Si, está bien, te espero afuera…”
Espere pacientemente afuera de la localidad y mire por la vitrina como lentamente se iba la gente del lugar, los juegos de los niños se vaciaban y los empleados recogían las mesas, limpiando el lugar serian cerca de las 6:30 o las 7:00 aquel día, cuando Alex salió, llevaba consigo una bolsa con comida y otra pequeña bolsa…
-Alex-
“Myriam, disculpa…”
-Myriam-
“¿Hu? ¿Por qué?”
-Alex-
“Por todo… Sé que a veces, digo cosas sin querer o no expreso bien las cosas que deseo decir, es solo que… No soy como el Entrenador Márquez, el tiene más facilidad de palabra y… Disfruto Mucho cuando estás conmigo, las cosas son distintas desde que estas aquí y… me das agua mientras entreno… Bueno, No es porque me des agua es solo que… ¡Tu sabes Myriam! Ten esto es para ti…”
Alejandro bajo su mirada y miro hacia otro lado apenado me entrego la bolsa pequeña, adentro contenía unas galletas de canela, las lagrimas brotaron de mis ojos y empecé a sonreír, Alex puso cara de asustado al verme llorar y antes de que dijera algo simplemente lo bese a lo cual correspondió primero sorprendido y después todo lo demás se dio natural, no dijimos nada, tan solo nos abrazamos y tomados de la mano fuimos hacia el camión, al abordarlo recargue mi cabeza en su hombro mientras nos dirigíamos de vuelta a casa y a partir de ese día jamás volvió a decir: “tan solo somos amigos”
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