CRONICAS DETRÁS DEL ESPEJO XXI: ROYALE DI GRIFFIN PARTE III


“¡TORMENTA DE HADES!”

Tornados violentos chocaron sin cesar, pero ninguna de las técnicas surtía el efecto deseado, el choque de nuestras espadas se hacia presente sin cesar, guardábamos distancia y comenzábamos con ataques a distancia nuevamente, era cuestión de tiempo para saber quien seria el sucesor de Róyale di Griffin.

“¡GRIFFITH TYPHOON!”

Intente Enrollar a Haggard entre torbellinos pero no se si mis habilidades comenzaron a flaquear o la ambición del titulo lo hacia resistir una a una de mis técnicas, el solo caminaba hacia mi como si los vientos asesinos fuesen una simple brisa de verano, su cabello se alborotaba pero sus pies seguían firmes al piso, cuando se encontraba a una distancia prudente se lanzaba en carga nuevamente con un poderoso swing de su espada.

“Será mas fácil para los 2 si te rindes de una vez Leviatán, después de todo tan solo es un juego para ti ¿no es así?, ¿Qué es o que te hizo cambiar de Parecer?”

Jamás había visto a Haggard tan serio, estaba tan decidido y la verdad… la verdad no sabia porque continuaba este combate, ¿Cuál era mi motivación?, ¿Realmente que me hizo cambiar de opinión?, mi cabeza dio mil vueltas en una fracción de segundos, en un principio decidí ceder automáticamente el titulo al llegar este día, pero ahora… ahora era distinto todo…

“MARTILLO DE TITANES”

La Tierra Tembló violentamente creando un terremoto, abriendo la tierra y soltando pedazos de piedra burdas y afiladas a gran velocidad mientras el camino se agrietaba y me hacia caer en el desnivel del suelo, una variante impresionante de esta técnica sin duda, Haggard tomo impulso y saltando desde el desnivel creando dejo caer su pesado cuerpo soltando un tajo de su espada que difícilmente pude bloquear y me azoto al piso, el continuo bruscamente soltando golpe tras golpe sin dejarme oportunidad de moverme.

“Ríndete Leviathan, la sucesión esta destinada para mi, siempre lo fue así, ¿Por qué ahora te resistes?, ¿Por qué ahora te interpones en lo que siempre anhele?, en lo que eh luchado desde que hincamos juntos esta jornada junto a Platina”

Aproveche un momento donde su guardia se abrió y tome la daga de mi tobillo y la encaje en uno de sus brazos y con mi espada hice palanca para quitármelo de encima y corriendo en carga lo estampe hasta el otro extremo haciéndolo enfurecer mas, sin expresión de dolor alguna removió la daga de su brazo y con el pomo de su espada golpeo mi rostro haciendo sangrar y después continuo con un swing con el plano de su arma rindiendo un golpe a mi brazo que me provoco caer en cuclillas al suelo.

“Suelta tu arma, hermano mío, el combate esta decidido, no hay porque seguir luchando, te resistes en vano, ¿Qué es lo que quieres?, ya has probado que eres un guerrero digno al acabar fácilmente con Raffica, ya has mostrado ser un caballero noble al tenerle valor de tomar esta prueba, y Glam… ¿No piensas ir tras ella?”

Glam… es verdad… aquella noche, después del torneo Haggard y Platina pasaron la noche contando anécdotas y bebiendo con el Rey, mientras esa vez estuve con Glam en los jardines reales de su palacio, caminamos, platicamos por largo rato, ella canto con su melodiosa voz, comimos golosinas de goma dulce y aquella noche probé la miel de sus labios por primera vez y cada 3 noches la visitaba durante los siguientes 3 meses, con la promesa de volvernos a ver y fue en ese momento que lo recordé...

“GRIFFITH TYPHOON”

Me levante de golpe y ejecutando una media Luna Ascendente cree un Torbellino Vertical delgado y muy Alto que tomo de los pies a Haggard creando un desbalance y haciéndolo girar por los aires para después azotar de cabeza al suelo en seco, sino conociera su bestial resistencia juraría que estaría muerto, por un momento quedo inmóvil pero al cabo de unos segundos se levanto aturdido.

“Prometí a Glam convertirme en el sucesor de la técnica Róyale di Griffin y desposarla una vez logrado mi cometido, no pienso rendirme así de fácil...”

Aprovechando la Confusión, me lance en carga y aseste un corte al pecho desgarrando su armadura y quedando ambos desprotegidos, aturdidos y con un brazo herido condiciones similares, pero no se trataba de la resistencia, la fuerza o el dominio de la técnica, sino la ambición por el titulo.

“¡TORMENTA DE HADES!”

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