CRONICAS DETRÁS EL ESPEJO IX: LEVIATHAN PARTE II
“Se acerca el momento de elegir un sucesor, solo uno de ustedes puede aspirar a serlo, los demás deberán renunciar al sendero de la espada para siempre o llevar el secreto a la tumba no lo olviden…”
Esas palabras me hicieron despertar por la mañana, me puse a pensar que estarían haciendo mis amigos en este momento, ¿se encontraban descansado tan tranquilamente como yo?, ¿Acaso estarían entrenando por su cuenta?, no lo se, creo que valdría la pena no pensar tanto y preocuparme por mi mismo ¿no es así?, en ese caso en marcha y me dirigí a la parte de atrás en las afueras del castillo y comencé por practicar las formas básicas de combate y lo previamente aprendido.
“Martillo de Titanes, esta técnica tendrán que dominarla para antes de que acaben los 3 meses, con ella podrán partir la mas sólida roca, hacer temblar con estruendo el suelo e inclusive partir el cuerpo y el acero de la mas protegida bestia o guerrero”
La Tercera Técnica enseñada por el Maestro Grifo, ese día nos llevo al cañón de las bestias aladas, lugar donde se encuentran las ruinas de una antigua fortaleza de su raza y centro ceremonial de guerreros, con un gran azote como si de una pica se tratase el quebró una gigantesca roca haciendo un enorme fractura en ella y haciéndola caer en pedazos mucho mas pequeños.
“Lamento Interrumpirlo Joven Amo, los Alimentos están Servidos mi señor”
Una de las criadas llamo interrumpiendo mi entrenamiento, no se cuanto había pasado puesto que mi mente divago durante la practica, asentí con un gesto y me dirigí a la mesa, ahí me esperaban mis padres y me dieron una noticia, un vals se realizara en el reino de Chandra por el cumpleaños numero 16 de la hija del rey, su nombre era Yahaira, era un reino poco tratado por el nuestro y estaban en tramites de una nueva alianza comercial, no estaba muy animado con la idea pero seria una descortesía y una ofensa hacia mi padre el no ir, además probablemente mis amigos estarían ahí, apenas había pasado un día y ya los extrañaba.
“Leviathan, espero el mejor comportamiento y presentación de tu parte, tu madre y yo hemos preparado regalo para la princesa Yahaira, queremos que se lo otorgues personalmente durante el baile”
Unos de los sirvientes trajo una caja me metal se hinco ante mi mostrando su contenido, era una prendedor de oro con diamantes incrustados y una gema azul simulando ala legendaria ave acuática el símbolo real de nuestro reino de Marinea que se dice que formo hace mucho tiempo las montañas de las flamas de hielo, un regalo verdaderamente hermoso y digno de una princesa.
“Con mucho gusto lo Hare Padre, no le fallare”
Hinque mi cabeza y el se rió ante mi excesiva formalidad, por un momento olvide que no estaba junta al maestro grifo sino frente a mi padre, yo también reí y después pase a retirarme a mis aposentos, al caer la noche llevaba las túnicas de gala que el maestro grifo me dio y vestí la armadura Real un carruaje nos esperaba y tras unas horas de camino llegamos a dicho castillo su estructura era hermosa de piedra blanca hecho de manera especial donde la luz podía entrar del sol o de la luna iluminando naturalmente y in mucha ayuda externa parecía como si careciera de puertas y ventanas, una trompetas sonaron y un tapete rojo se extendió ante nuestra llegada.
“Ante Ustedes los invitados reales, el Rey Bahamuth de Marinea y su Noble Familia”
Un aplauso Formal se hizo mientras avanzábamos por la entrada de castillo y así sucesivamente se repitió recibiendo a los demás invitados, había un monto de gente, algunas caras conocidas y unas no tanto, después de deambular un poco y separarme de mis padres termine por toparme a Haggard y a Platina que estaban en la mesa de bocadillos bebiendo un poco de vino y charlando.
“¡Ha!, mira Platina quien se apareció por aquí, es tan raro verte tan formal después de estos 6 largos meses de andar en la mugre y el lodo, había olvidado que pareces señorita de tan arreglado que andas siempre ajajá”
Con una fuerte palmada en la espalda y sus burdas palabras fue el recibimiento de mi buen amigo Haggard como si no nos hubiésemos visto en años, el y platina vestían las tunica que el Maestro le dio al igual que yo, supongo que también sentían que debían guardar respeto a el y mostrar el duro empeño que ponían de su parte al Igual que yo.
“¡Amigos que Gusto en Verlos!, Platina luces hermosa como siempre, Haggard me alegra que te hayas rasurado esa barba parecías Troglodita mi estimado”
Platina se echo a reír y cubrió su rostro con la mano, Haggard se puso rojo del coraje y me tomo del hombro y comenzó a golpearme repetidas veces mientras gruñía como cavernícola, en ese momento de nuevo sonaron las trompetas y un redoble de tambor anunciando con elegancia la entrada de los Reyes de Chandra y su Hija, lentamente y con gracia descendieron de una de las escaleras principales del salón de baile y en ese momento la vi por primera vez, una Mujer Hermosa de Cabellos rubios y ojos profundamente verdes, su piel era aperlada y cuerpo sencillo y esbelto, su sonrisa de plata era adornada por unos labios carmesí muy finos haciendo juego con sus uñas largas, los reyes y la joven Yahaira tomaron asiento en sillas especiales y la música comenzó de nuevo a escucharse.
“¿Que te Pasa Leviathan?, Oye, tonto despierta”
Y un golpe de Haggard me bajo de mi nube por un momento, pedí disculpas a mis amigos y me dirigí hacia la Princesa con mi Regalo en Mano, tuve miedo lo admito y me tropecé varías veces con la gente el lugar esta lleno pero por fin pude llegar al lugar donde se encontraba Yahaira y Sus Padres, me puse en posición firme y me incline ante ellos Presentándome formalmente ante ellos y después procediendo a entregar la Ofrenda a la Dama.
“Leviathan Aquan di Marinea, Hijo de Bahamuth Aquan di Marinea y Briseida Soleil di Tundra, encantado de ser invitado a la fiesta real de la Princesa Yahaira”
Me arrodille ligeramente abrí la caja y mostré el contenido y poniéndolo frente a la Princesa, los Reyes Sonrieron y me pidieron que me pusiera de pie, la cara de Yahaira se ilumino ante aquel regalo y lo tomo gustoso agradeciendo con su dulce voz, los reyes de Chandra preguntaron a la Princesa porque no iba a bailar un momento conmigo antes de la Cena, por cortesía acepto y tome su mano para dirigirme al centro de baile.
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